sábado, 18 de julio de 2009

Escribe Manolo después de ser nombrado Inspector de ARN

Cipolleti, Domingo 12 de julio de 2009
Yo no soy profeta ni hijo de profeta,
yo soy un simple pastor y cuidador de higueras.
Pero el Señor me tomó de detrás del rebaño y me envió…
Amós 7, 14-15


Queridos Hermanos de la Inspectoría San Francisco Javier Patagonia NORTE

¡Hola a todos!

De corazón quiero hacerles llegar estas líneas para compartirles, desde adentro, cómo ando por estas horas. El sábado fue un día movidito con esto del nombramiento, al final de la tarde fui a celebrar la Eucaristía en la Parroquia de Cipolletti habiendo leído muy por arriba sólo el evangelio de este Domingo. Cuando me siento y escucho la primera lectura caí en la cuenta de que me sentía como Amós: no porque sea profeta, sino porque me encuentro tomado por el Señor “de detrás del rebaño” para enviarme a algo totalmente nuevo… ¡Sorpresas del Tata que realmente actualiza la Palabra que celebramos!

Muchos -por no decir todos- se habrán sorprendido de mi nombramiento. Les aseguro que el primero de todos ellos he sido yo. Cuando me llamó Don Pascual no pensé encontrarme con esta propuesta. Luego de charlarlo mucho con él -y de rezarlo mucho- descubrí que no habían razones de fondo para decir que no. Pero no quiero mentirles y decirles que está todo bien... Soy consciente de que se vienen años intensos y difíciles, aunque es todo un desafío poder dar una mano en este tiempo tan importante de refundación carismática. Por eso mismo me encuentro como tironeado, descubro una sana tensión que hace que tenga una rica mezcla de sentimientos. Son como dos fuerzas que tiran de un lado y del otro:

    Por un lado, soy consciente de mis numerosos límites personales que muchos de ustedes ya conocen y bancan fraternalmente...

    Por el otro, confío en que quien empezó esta obra la llevará a su término: "Dios te da dones para aquello que te pide..." me remarcaba el Rector Mayor. Además, tengo la certeza de que hoy en día el servicio de animación inspectorial no puede ser unipersonal, sino que requiere un fuerte trabajo en equipo y comunión. Eso me hace confiar mucho más.

    Por un lado no sé casi nada de mi nueva Inspectoría, aunque lo poco que conozco (en salesianos y jóvenes) es muy rico...

    Por el otro, siento que este desconocimiento me ayudará a ver con ojos renovados, con ojos de Reino a esta nueva familia a la que Dios me invita a sumarme.

    Por un lado siento una gran nostalgia por dejar mi inspectoría (¡la Patagonia!). Tantos hermanos y jóvenes queridísimos, tantas experiencias compartidas, tanto trabajo con laicos generosos, ¡tanta vida que agradezco profundamente!...

    Por el otro estoy contento por la posibilidad que me abre Dios continuar tejiendo una hermosa trama de enriquecedores vínculos sumando hilos nuevos en otros hermanos, laicos y jóvenes con los que el Señor me regale compartir los próximos seis años.

    Por un lado sé que se inicia una etapa nueva y desafiante para toda la Argentina Salesiana, que se trata de impulsar mucho más nuestra comunión y misión, de hacernos más discípulos para ser auténtico misioneros...

    Por el otro sé que hay que ser fiel al camino recorrido, a los tiempos de los hermanos y a lo que ya vienen trabajando equipos y consejos en este proceso de rediseño.

    Por un lado siento que me va a costar el desarraigo de mi Inspectoría...

    Por el otro agradezco la posibilidad de enriquecerme con nuevos rostros y realidades con las que seguir empujando estos sueños de hacer vivo el carisma de Don Bosco.

En fin, como diría Mamerto, me siento como ese arriero que va en su caballo acompañado por dos perritos: uno siempre adelante, corriendo, ladrando, adelantándose en el camino. Ese se llama "Ansiedad". El otro va por detrás, caminando despacito, cuidando y repasando la huella que se va haciendo. Su nombre es "Melancolía". En esta sana y enriquecedora tensión me encuentro... Quería compartírselas de corazón.

Así voy caminando… poco a poco me iré adentrando en este camino de animación: gracias a Dios cuento con seis meses para hacer un proceso tranquilo. Confío mucho en lo que ya están haciendo los Inspectores y Consejos de Argentina, aunque sé que ahora comienza a caminar con mayor intensidad este proceso. En estos meses continuaré al servicio de la Formación en el Prenoviciado de Casa Emaús mientras, de a poco, iré metiendo más las manos en la masa... los pies en el barro.

A mis hermanos de la Patagonia Norte les digo ¡¡Mil Gracias!! No saben todo lo que le debo a esta rica Inspectoría. Se me cruzan un montón de rostros y nombres, la lista es muy grande: consagrados, jóvenes, laicos... Siento que en cada uno de ellos he nutrido mi deseo de vivir lo más coherente y apasionadamente posible el carisma salesiano. A todos ¡¡Gracias!! de nuevo... y será hasta la vuelta.

Me confío a sus oraciones... ¡de corazón las necesito! Recen por este hermano -sacado de detrás de las ovejas y coirones patagónicos- que quiere vivir este servicio desde la clave del misterio pascual. Que pueda dar una mano que ayude a empujar esos sueños que revitalicen el hermoso carisma que Dios nos regaló en nuestro Padre Don Bosco.

¡¡Los abrazo en Don Bosco y la Auxiliadora!!

Con mucho cariño…

P. Manuel Cayo, SDB

[carta publicada en http://www.dbp.org.ar]

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